domingo, 2 de junio de 2013

El día que descubriste que te faltaban las ganas.

Cuando te falten las ganas pregúntate cómo acabaste allí, qué te llevó hasta allí.

Pregúntate si estás ahí sentado porque quieres, o porque no sabes de qué manera coger la puerta e irte.

Cuando te falten las ganas no digas nada a nadie, calla, otorga... túmbate contigo y discute con tu Yo del futuro.

Pelea, planea, analiza, descubre... pero disimula. Ante todo disimula.. que nadie debe notar que te faltan las ganas, porque entonces créeme, es mucho peor... Para todo.

Si quieres dejar algo, hazlo. 
Si lo que tienes no te gusta, dilo. 
Si no vas a aguantar hasta mañana, no esperes. 
Si vas a cambiar de rumbo, despídete. 
Si vas a seguir ahí, despista... pero espabila; espabila a pasos agigantados.

No controles, nadie lo hace. 
No abandones mientras te quede la mínima duda de que merece la pena.
No des de ti menos de ese 80% tuyo.
No salgas por la puerta de atrás creyendo que no va a enterarse.

Sólo hay dos cosas que puedes hacer cuando te falten las ganas: buscarlas, o salir corriendo... pitando, sin esperar a que te echen.

Porque las ganas sólo faltan porque te falta algo más grande: motivación, deseo, emoción... tripa. 

Las ganas sólo faltan cuando te falla la tripa, y si te falla la tripa... sal de ahí, porque entonces sí: estás perdido.




Y el día que descubriste que te faltaban las ganas lo descubrí yo también... 
pero no te dije nada.









4 comentarios:

  1. has perdido las ganas?? el azul ya no te va?

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    1. Ganas de azul hay siempre!! Presiento q será uno de mis colores favoritos mucho tiempo.. ;)

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  2. Por que me gustara tanto como escribes y como piensas???me encantas toda tu!y no puedes tener mas razon!!

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