-Y qué pasó? Cuéntamelo todo!!
-Nada. Finiquitado tía. Se acabó, ahora sí que se acabó.
-Bah, tú siempre dices lo mismo y luego vuelves a caer...
-Lo sé, pero esta vez es distinto, sabes? Vino aquí y, antes de llegar, yo ya sabía que no iba a volver, que no quería que volviese.
-Y eso?
-Detalles... Pequeñas cosas que marcan grandes diferencias. Yo tenía claro que sólo quería decirle adiós en condiciones, despedirme. Y él... a él simplemente le da igual. Le da siempre todo igual.
¿Sabes esas personas frías, inexpresivas, que construyen barreras de cemento delante de tus narices? ¿Esas personas incomprensibles, que no se dejan entender, que no se abren...? ¿Esas personas a las que es imposible "invadir" ni compartir su espacio vital? Bien, pues él es una de esas personas. Es imposible saber qué piensa, qué siente, qué adora y qué odia, qué detesta y qué le encanta...
Y además es.. es.. un bipolar diagnosticado. Aunque yo le llamaría tripolar, porque es mucho más desconcertante si cabe. ¿Recuerdas aquéllo de los velocirraptores? Pues eso.
-Uff, yo conozco alguno así también... Demasiado difícil... hasta para quienes adoran los retos.
-Lo sé...
-Entonces, ¿desistes? ¿Sólo por eso?
-Sí. Todo tiene un límite, luchar por él también. De repente, no sé... me dejó de apetecer.
Es el efecto cuchara, sabes? No es el efecto cuchara del fregadero, ese por el que, cada vez que friegas los platos, el chorro del grifo va directo a la cucharilla, esté donde esté, y te salpica entera... No, ese no. Es otro efecto cuchara. Tienes un plato gigante de arroz al horno delante, arroz al horno del de tu madre, de ese casero que te ha preparado con el caldo del cocido del día anterior, no de ese precocinado que no sabe a nada... Tú siempre te lo comes con tenedor, pero ese día tiene tan buena pinta que coges la cuchara (que cabe más) y la llenas hasta arriba, la miras salivando, a lo Homer Simpson, te la metes en la boca y... zas!! Te atragantas!! Un grano de arroz se te va por el otro lado, bebes agua, empiezas a toser, te cuesta respirar y... adiós a tu plato preferido de la semana, te ha dejado de apetecer. Pues esto es igual. Se me atragantó, tía, me dejó de apetecer.
-Pero no lo entiendo... si te encantaba!
-Sí, pero la gente te encanta por unas cosas concretas, y si desaparecen esas cosas... apaga y vámonos. Volvemos a lo mismo, las relaciones-contratos. Si no vas a darme lo que yo necesito... Lo siento, pero no firmo.
-Uff, qué complicado es todo...
-Qué va!! No es complicado!! La gente se empeña en complicarlo... Yo, simplemente, me equivoqué de tío.
Puedes ser el más guapo del mundo por fuera, que si no me haces sentir la más guapa del universo por dentro... no me vales.
-Bueno tía, por lo menos no era tan tonto como el último ligue de Celia.
-Celia? Qué pasa con el último ligue de Celia?
-Pues va el tío y queda con ella el fin de semana, como de costumbre, y se presenta con un chupetón gigante en el cuello que vaya tela... para haberle succionado hasta la aorta!! Vamos, para matarlo...
-En serio?!?
-Como te lo cuento!! Y cuando se percató de que se lo había visto, le cuenta que se lo hizo su amigo en una discoteca... con 30 años!! Pero a ti te parece normal??
-Jajajaja. Bueno, normal lo que se dice normal... muy normal no es.
Y qué pretendía?? Madre mía.. no sé si es más tonto por presentarse con el cuello como si le hubiese atacado un Cullen, o por pensar que ella se iba a creer esa historia... Pero por favor!! Todavía queda gente así por el mundo??
-Pues parece ser que sí, así que mira... aún habrás tenido suerte con tu sapo!! Pero a ver, volviendo a lo tuyo, entonces, ¿qué pasó?
-Nada tía, si es que no pasó nada, simplemente.. c'est fini por parte de los dos, porque a él tampoco le ha importado que yo haya desaparecido del mapa.
Supongo que es el tercero de los efectos cuchara.
-Sorpréndeme!
-A tí te gusta dormir en 44? Haciendo "la cucharita"?
Por lo general a nosotras nos encanta.. dormir abrazados, calentitos, vomitar arco iris, ooohhh... Todas esas moñerías.
Y para ellos se traduce en comerse tu melena, que le haga cosquillas tu pelo, que se les duerma el brazo...
Pues vale tío, no me hagas "la cuchara" durante toda la noche, pero haz un esfuerzo por abrazarme hasta que me quede dormida!! Que no cuesta tanto!!
Así que llegué a una conclusión: no pensaba estar con alguien que sólo venía a calentar su lado de la cama y salir de puntillas cada mañana por la puerta de atrás sin decir casi ni adiós. No pensaba conformarme con un amigo con derecho a roce y sin derecho a sentimientos. No pensaba contentarme con su "nada" dosificado en raciones de "viernes".. Que no es que quiera una relación seria ya, casarme y tener hijos pero coño.. un poquito de cariño? Un mínimo de aprecio? Que estamos compartiendo lo más íntimo que hay, joder, es que es de cajón... Que no, que no se puede ser tan frío tía, que paso.
Así que mi próxima rana sólo tendrá un requisito que cumplir, y se lo dejaré bien claro: "No te quedes si no piensas dormir abrazado a mi toda la noche. No me pidas que me quede si no piensas en que duerma abrazada a ti toda la noche".
Y es que si hago memoria, sólo quien mereció la pena, supo cumplir con su efecto cuchara.
Y después de esto tú me preguntarás que qué pasa y yo te diré que nada, aunque en realidad quiera contarte todo. Y te irás otra vez sin despedirte, pero yo ya no saldré de la cama.
Y no volverás nunca...
Y odiaré de por vida esos olores que llevan tu cara dibujada... hasta que te pierdas con ellos en el aire.