Sin pensar en cómo ni por qué, simplemente por instinto, se levantó, cogió la puerta y se fue.
Salió en pijama y sin abrigo, y ni siquiera el frío de la ciudad le hizo percatarse de sus rarezas.
Llevaba una chapa colgada al cuello con una inscripción grabada. No recordaba por qué, ni si le gustaba, si la había comprado o era un regalo especial.
Los años habían pasado, envejeciendo su alma y dejando aquellas arrugas en su piel.
Sin darse cuenta, daba vueltas a la misma manzana una y otra vez, guiada por la inercia, como un molinillo de viento que gira sin parar.
El ruido de sus tripas hizo que parase en aquel escaparate de la panadería. Pero estaba cerrada, era de madrugada.
Y allí, reflejada en el cristal, iluminada por la luz tenue de una farola y adornada por las gotas de lluvia que acariciaban su pelo, se quedó parada un instante, inerte, perpleja. Y al ver su reflejo, la chapa que brillaba en su cuello llamó su atención. La miró y leyó un nombre, una dirección y un teléfono. Y en un momento de lucidez fue consciente de que alguien le había robado todos sus recuerdos. Derramó una lágrima, pero sólo una, porque al instante, ya no consiguió recordar por qué lloraba...
Imaginad qué sería de nosotros si no tuviésemos recuerdos...
Imagina que un día te despiertas y eres incapaz de recordar. Tu mente está en blanco, "deleted", no sabes, no conoces, no te explicas cómo has llegado ahí.
Los recuerdos nos hacen como somos. Las experiencias se graban en nuestra memoria, junto con los sentimientos, y nos moldean, y nos guían.
Sabemos lo que tenemos, lo que queremos y hacia dónde vamos gracias a los recuerdos.
Hay recuerdos que nos hacen felices, y otros que nos entristecen.
Recuerdos que nos hacen querer volver y recuerdos que nos hacen huir.
Recuerdas aquélla canción? Báilala otra vez...
Imaginad la sensación de mirar una foto vuestra y no ver más que a desconocidos.
Imaginad no recordar nada al percibir de nuevo un olor, al ver aquella escena conmovedora, al escuchar una melodía...
Imaginad vivir con la mente en blanco.
Y no sólo es triste por todo cuanto se pierde. Yo intento ponerme en la piel de una persona con alzheimer y creo que es una de las peores enfermedades. No sólo porque te roba algo tan valioso como los recuerdos, sino por todo lo que provoca... desorientación, impotencia... miedo.
Muchas veces no somos conscientes del valor de las cosas.
No debería hacer falta "crear" un día mundial contra algo para querer implicarnos y colaborar con la causa.
"Más de 100 millones de personas podrían perder sus recuerdos en 2050 si la investigación no avanza".
El alzheimer arrebata vidas, y quedarse sin vida es una forma de morir.
Cien millones de personas con tesoros perdidos sin mapas de islas para poder encontrarlos.
Porque un recuerdo... es un tesoro.
Me ha encantado, gracias por esta pequeña gran reflexión.
ResponderEliminarGracias a ti por tu granito de arena Laura!! :)
ResponderEliminarQue grande eres todorosa.......... haces sentir con tus palabras mil cosas... :)
ResponderEliminarJolines! Con la verborrea barata que tengo siempre y me dejas sin saber qué decir además de un GRACIAS gigante y con mayúsculas! :D
ResponderEliminarQué bonita reflexión! Tan cierto como triste... no debemos olvidar nunca a los que ya no pueden recordar...cada vez que leo o escucho algo sobre esta enfermedad me toca la fibra... hay que solidarizarse con l@s que la sufren directa/indirectamente!!! df-
ResponderEliminar"No debemos olvidar a los que ya no pueden recordar"... me gusta :)
ResponderEliminarQue pasada, lo vivo cada dia, y eso le pasa a mi. madre, es un tesoro, la memoria, es nuestra vida, si se borra, nos borramos todos, un saludo.
ResponderEliminarDesde fuera no podemos siquiera hacernos una idea de lo duro que es...
ResponderEliminarMucho ánimo.