Hoy es para ti, que tanto me enseñas cuando aprendes de mi.
"Cuando el día empieza rompiendo tu taza de desayuno preferida, ya sólo puede ir a mejor.
Quebró el cristal, derramó el café, y con él, todos y cada
uno de los recuerdos que me anclaban a tu historia.
Limpié hasta que no quedó ni la gota más pequeña, ni el
trocito de vidrio más invisible en el suelo de la cocina.
Ahora ya puedo andar descalza y sé que no me cortaré. Y eso
era justo lo que estaba esperando con tantas ganas durante tanto tiempo.
Y si me corto de nuevo… puedes estar tranquilo... porque sé, que no serás tú quien me haga sangrar
nunca más."
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