-¿A qué has venido? ¿Por qué vuelves? ¿Qué quieres?
Él se quedo en silencio un largo rato, y cuando por fin pudo articular palabra, sólo supo responder "No sé, no sé... no lo sé. Lo siento. No debí buscarte"
-No me digas "no sé". Quiero que te expreses.
-No me pidas que me exprese, porque no sabría hacerlo sin meter la pata.
-Bueno, no te preocupes, tranquilo...
¿Quieres un consejo? Sobrepónte al miedo, porque es sólo eso... miedo.
Da la oportunidad, y cuando tiembles, piensa que es sólo miedo lo que te hace mirar atrás y regresar aquí... Si fuera amor hubieses corrido a por ello cuando pudiste hacerlo.
Relájate, y, si no puedes, piensa que ella se va.
Recuerda que cuando estás con ella no quieres irte...
Y resiste, que el miedo se pasa... como el dolor de cabeza.
El caleidoscopio sigue girando, baby...
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