- Eres una Princesa.
- Lo sé.
- Qué no se te olvide.
- A veces. A veces se me olvida.
- Qué no se te olvide. Nunca.
- ___________________ (Silencio)
- ¿Le besaste?
- ¿A quién? ¿Al sapo?
- Sí.
- Pues claro!
- ¿Y?
- Pues creo que sigue siendo sapo.
- Eso es que no era Príncipe. Te equivocaste de sapo.
- Lo sé, pero yo tampoco soy cualquier Princesa.
- Ya. Tú eres mejor aún.
- Yo no quiero un final feliz.
- Ah, no?... ¿Y qué quieres?
- Serlo..."
Sabéis cuál es el verdadero problema? Llevamos toda la vida pensando que el sapo se convertirá en príncipe, y cometemos un error. No nos hemos parado a analizar la realidad...
Y es que lo estamos haciendo al revés. Nos llevamos sorpresas porque besamos al que creemos príncipe, y éste acaba por convertirse en sapo.
Yo sólo conocí a un príncipe una vez y fue el de Beckelar.
Pongamos los pies en la tierra, salgamos de los mundos de Disney, besemos a quien nos apetezca besar, príncipe, rana, sapo, velocirraptor o camaleón. Da lo mismo. Da igual. Porque al final, si es para tí, si es el tuyo, no necesitarás nada más.
principe es el qe te hace sentir como una reina, da igual el planeta del qe venga, y tarde o temprano siempre acaba por caer de esa estrella qe tanto miras.
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