jueves, 25 de octubre de 2012

Hora de la muerte...

Hace tiempo escribí una entrada en algún sitio, no recuerdo muy bien dónde (pero sí el por qué), sobre cómo nos liberamos cuando algo se apaga y termina, cuando por fin quitamos esos dos puntos suspensivos convirtiéndolos en un sólo punto final.

Hoy me doy cuenta de que por mucho que escribas y digas, por mucho que te convenzas a ti mismo, no es sino el tiempo quien finaliza cada párrafo, cada capítulo, cada historia.

Hoy rectifico aquéllo que escribí...



Y no certificas la hora de la muerte, porque no te das cuenta de que ha muerto hasta que el pasado, un buen día, te abre una ventana para recordarte que ya no le recuerdas.


Ahora sí, hoy sí: Hora de la muerte...

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