No quería soplar velas este año, aún no sé bien por que... o bueno sí, sí lo sé, y también sé que nunca más será razón alguna para nada en absoluto, porque acabó por convertirse en la tontería más insignificante de este, mi universo.
Me voy por las ramas otra vez, para no perder la costumbre... claro que un día más de vida no creáis que cambia las cosas que están ahí desde siempre... Y es que sigo escribiendo "pro" en vez de "por" y "lso" en lugar de "los"... y volviendo atrás a corregir.
Mi caleidoscopio giró tan deprisa y con tantos colores en escasas 24 horas, que decidí escribirme a mí misma un decálogo para la futura Yo. Para que si algún día vuelvo a no querer soplar, pueda releerlo y recordar cuánto se equivocó la Yo de mis 26 en el salto a sus 27.
Por ello, por todo ello, ahí queda, para el recuerdo, para seguir enseñándome a mi misma cómo desaprendí a sobrevalorar, cómo aprendí a valorar.
Decálogo del buen cumpleañero:
1. No afirmes que será un día feo ni será un día gris, al menos hasta que termine, porque quizás no lo sea.
2. No quieras ser especial queriendo no ser especial, porque todo el mundo lo es en su día, y todo el mundo quiere serlo... Si tú no lo deseas, estás queriendo ser diferente... y nunca te gustó ser protagonista.
3. Sé que no te gusta ser un planeta, que prefieres los satélites, los papeles secundarios, pero déjate mimar hoy... sólo hoy.
4. Sigue aprendiendo, cada día. Da igual si es de errores, de cosas nuevas, de gente que ya estaba, de gente que llega, de gente que está por llegar... Da igual. Aprende!
5. Abre los ojos, que si no subes la persiana te perderás el sol de mediodía, el más bonito, el que más calienta.
6. Llora si tienes que hacerlo, pero ríete más fuerte, hasta que te duela la tripa, te hagas pis encima, o tengas agujetas.
7. Come tarta, sopla velas, y pide algún deseo pero.. No! No lo digas! Que si no no se cumple! Aunque tú siempre pensaste que cuando no se cumplía era cuando no lo contabas... De lo contrario, cómo iba a saber quien estuviese implicado en ese deseo cómo tenía que contribuir a ello?
8. Disfruta de las felicitaciones nuevas, añora las que ya no están, riñe un poco (pero poco) las que se olvidaron, y sobretodo, reparte besos, abrazos, agradece, transmite!! No te quedes con la sensación de que quien hace algo que te gusta no sabe que te gusta, de que quien te llena no se entera del hueco que llena, de que tus especiales no saben que lo son.
9. Sigue sin saber qué hacer cuando te canten "cumpleaños feliz"... Nadie lo sabe.
10. Sé que te gusta tener un rato delante los regalos, sin abrirlos, intentando adivinar qué son, de dónde vienen o quién los ha envuelto...
Sigue haciéndolo, sigue teniendo cada día delante y bien cerca los regalos más grandes que la vida te trae, desenvuélvelos poquito a poco, redescúbrelos, descúbrelos, conócelos... con cuidado... Sí, cuídalos, mímalos, disfrútalos... Porque al fin y al cabo, por muchos que cumplas, ellos serán quienes cada año te ayudarán a cumplir cada deseo que pidas cuando soples tus velas.
Elige un color, que yo elijo el blanco, siempre blanco... Porque así, con la mente en blanco, es como podremos colorear el mundo a nuestro gusto...
jueves, 26 de enero de 2012
miércoles, 4 de enero de 2012
ME libero...
¿Cuántas veces hemos pensado que nos han liberado? Que por fin hemos dejado eso que nos ata atrás y empezamos de cero? Esa sensación de alivio, de sentirte una persona nueva, ilusionada, expectante, creyendo que todo puede pasar, que lo mejor está por llegar...
Y cuántas veces, a la hora de la verdad, nos hemos dado cuenta de que no era cierto?
Ya no necesito que me liberes, porque mi error fue pensar que era cosa tuya hacerlo.
Ya no necesito que me recuerdes que me quieres o que no lo haces.
Ya no necesito que dramatices para hacerme llorar y que todo parezca más bonito y duela más.
Ya no necesito que me reproches que no luché, porque tú tampoco lo hiciste.
¿Es que yo no merecía que luchases por mi? ¿Es que tenía que reconstruir yo sola lo que tú rompiste?
Ya no necesito más patadas en la tripa a cambio de vomitarte un "te quiero".
¿Sabes cuál fue nuestro error? No fue no pelear, ni abandonarnos, ni otras muchas cosas... Nuestro error fue darnos la oportunidad de echarnos mierda el uno al otro hasta quedarnos sin sangre, hasta hacernos inmunes, inertes...
Nuestro error fue utilizarnos como seguro, como anestesia, como vía de escape cuando el presente no nos gustaba.
Nuestro error fue creernos con derecho a privilegios en la vida del otro.
Por eso, por todo eso, dos ex nunca pueden ser amigos a corto plazo. Porque si lo que quieren es retomar su historia algún día, les resultará imposible hacerlo sobre cimientos carcomidos por rabia, rencor, y otras actitudes...
Ya no tengo los dedos fríos ni arena en los bolsillos, a pesar de ser 4 de enero.
Ya no me liberas tú, porque ahora... Ahora me libero yo.
Suerte en la aventura de tu vida, que yo, desde aquí, te recordaré siempre como uno de mis Amarillos.
Y cuántas veces, a la hora de la verdad, nos hemos dado cuenta de que no era cierto?
Ya no necesito que me liberes, porque mi error fue pensar que era cosa tuya hacerlo.
Ya no necesito que me recuerdes que me quieres o que no lo haces.
Ya no necesito que dramatices para hacerme llorar y que todo parezca más bonito y duela más.
Ya no necesito que me reproches que no luché, porque tú tampoco lo hiciste.
¿Es que yo no merecía que luchases por mi? ¿Es que tenía que reconstruir yo sola lo que tú rompiste?
Ya no necesito más patadas en la tripa a cambio de vomitarte un "te quiero".
¿Sabes cuál fue nuestro error? No fue no pelear, ni abandonarnos, ni otras muchas cosas... Nuestro error fue darnos la oportunidad de echarnos mierda el uno al otro hasta quedarnos sin sangre, hasta hacernos inmunes, inertes...
Nuestro error fue utilizarnos como seguro, como anestesia, como vía de escape cuando el presente no nos gustaba.
Nuestro error fue creernos con derecho a privilegios en la vida del otro.
Por eso, por todo eso, dos ex nunca pueden ser amigos a corto plazo. Porque si lo que quieren es retomar su historia algún día, les resultará imposible hacerlo sobre cimientos carcomidos por rabia, rencor, y otras actitudes...
Ya no tengo los dedos fríos ni arena en los bolsillos, a pesar de ser 4 de enero.
Ya no me liberas tú, porque ahora... Ahora me libero yo.
Suerte en la aventura de tu vida, que yo, desde aquí, te recordaré siempre como uno de mis Amarillos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)