Yo, como soy muy impulsiva, quizás no sé hacer las cosas de
otra forma.
Ahora que por fin puedo cerrar la boca va y resulta que no
sé cómo se hace…
Hablo sin pensar, cruzo sin mirar, escribo sin leer y sueño
sin dormir.
En este mundo las cosas están sobrevaloradas. Todo está
sobrevalorado.
Las relaciones, también.
Quizás tanta porquería rosa de la que hace vomitar arcoirirs
es la que tiene la culpa de que los mortales que no vivimos en castillos ni
luchamos contra dragones, sobrevaloremos las historias.
Nadie nunca nos enseñó a contar con los sapos que se iban a
aparecer en nuestro camino tuviésemos o no ganado al príncipe.
Hace poco recuperé una historia de alguien a quien tenía
cerca pero lejos a la vez. No, a él tampoco le enseñaron a contar con las
ranas, y ahora se sentía mal porque a días no corría a los brazos de su
princesa y prefería chapotear en un charco, pero sin botas de agua.
La culpa es de la sociedad, que nos educa en base a unos
cánones que no todo el mundo es capaz de cumplir.
Yo, con mi “veletismo” y mi Yo cambiante pienso a días que
no existe “El mundo ideal” de las relaciones, y otros creo que todo es rosa.
Aaarrrggghhh!!!
Y cuando digo relaciones no hablo sólo de amor... O sea, sí,
pero no de ese amor moñas, empalagoso y tan “puke rainbow”... Hablo de amor de
pareja, de amor de amigos, de amor de padres, amor de hermanos y de amor de
mascotas.
Yo creo que todo el mundo, para curtir sus sentimientos,
debería tocar un instrumento musical, tener una mascota, y practicar un deporte
de equipo. Y esto no sé por qué lo digo ahora. Ya lo explicaré otro día.
Hoy veía una película de no-amor en la que ella era fría y
distante y él un moñas declarado. Chica fría rompe corazón a chico moñas. Chico
moñas se enfada con el mundo. Chica fría deja de ser fría, encuentra a su amor
verdadero, se casan, son felices y comen perdices. Chico moñas se convierte en
no-moñas y vomita arco iris. Chica fría-yanofría desaparece. Chico moñas-yanomoñas
encuentra a otra chica. Chico moñas-yanomoñas se vuelve a convertir en chico
moñas. Conclusión? La peli no era de no-amor, sino que ha resultado ser un
bodrio insufrible.
El caso es que a veces los impulsos salen mal. Otras, sin
embargo, salen bien.
Que nadie marque lo que debe ser nuestra vida.
Será lo que tú quieras que sea. Podrás quedarte con la fea y
ser el más feliz del mundo. Podrás quedarte con el guapo y ser la más feliz del
mundo. Podrás odiar al guapo y querer al feo. Podrás engañar a la fea con la
guapa, con otra fea, o con las dos. El guapo podrá ser tonto. El feo podrá ser tan divertido que acabe por parecerte guapo. La guapa podrá no tener dos dedos de frente... o sí. Podrás enamorarte del mismísimo diablo. Podrás no querer saber nada de ninguno de
todos. Podrás ser feliz sólo con el que te haga reír… Y al final, lo que yo veo feo para ti será guapo, lo que yo creo divertido a ti te dará vergüenza, lo que tú crees la historia perfecta a mi me parecerá moñería pura... Y así, para gustos, los colores.
Por suerte, cada uno tenemos un criterio, unas necesidades y unas características que nos hacen más felices o más infelices. Imaginad el mundo si todos buscásemos lo mismo! Menudo desastre.
Llámame fría. Llámame asesina de cupidos. Llámame lo que quieras llamarme... me da exactamente igual. No es real, no lo ves?
A veces apuestas todo al 21 rojo y, contra todo pronóstico, pierdes. A veces ganas sin apostar. A veces la apuesta no existe, y es simplemente la excusa barata que te inventas para saltar de cabeza a una piscina... aunque no estés acostumbrada a hacerlo.
A veces apuestas todo al 21 rojo y, contra todo pronóstico, pierdes. A veces ganas sin apostar. A veces la apuesta no existe, y es simplemente la excusa barata que te inventas para saltar de cabeza a una piscina... aunque no estés acostumbrada a hacerlo.
Sí, “ella” a veces es impulsiva, y qué? Hay cosas para las
que merece la pena serlo…
Y "por mi que no haya sido". Te puede salir mal. Puede
significar poner todas tus cartas sobre la mesa pero… Y si sale bien? Si sale
bien será la hostia… Y siempre quedan ases en las mangas.
Y es que al final, lo que importa, lo que te llevas, es vivir tu vida, atreverse, saltar... mover ficha haciendo en cada momento lo que te apeteció hacer; diciendo exactamente lo que
quisiste decir…
Soñando extrañamente lo que querías no soñar.